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lunes, 15 de octubre de 2018

NOVELA HISTÓRICA.






La novela histórica es un subgénero narrativo que se configuró en el romanticismo del siglo XIX y que ha continuado desarrollándose con bastante éxito en los siglos XX y XXI. Utilizando un argumento de ficción, como cualquier novela, tiene la característica de que este se sitúa en un momento histórico concreto y los acontecimientos históricos reales suelen tener cierta relevancia en el desarrollo del argumento. La presencia de datos históricos en la narración puede tener mayor o menor grado de profundidad. También es habitual que este tipo de novelas tengan como protagonista a un personaje histórico real o ficticio a través del cual se desarrolla la ficció.


CARACTERÍSTICAS:
Según György Lukács, toma por propósito principal ofrecer una visión verosímil de una época histórica preferiblemente lejana, de forma que aparezca una cosmovisión realista e incluso costumbrista de su sistema de valores y creencias. En este tipo de novelas han de utilizarse hechos verídicos aunque los personajes principales sean inventados. Sus rasgos serían siete:
Sentido histórico
Revitalización del pasado con una proyección pretendidamente realista
Carácter popular, entendido como el reflejo de la realidad social y popular
Preferencia por personajes cuya individualidad refleja un carácter medio o típico
Aplicación al presente
Incidencia del anacronismo que sea preciso
Condición crítica constitutiva del género, toda vez que encierra un conflicto entre historia y ficción, que conduce a una nueva forma de novela, la novela realista, encarnada según Lukács en Honoré Balzac.


Al contrario que la pseudo novela histórica del siglo XVIII, de fin meramente moralizante, la novela histórica exige del autor al mismo tiempo una gran preparación documental y erudita y una cierta habilidad narrativa, ya que de dominar lo uno u otro ésta pasaría a ser otra cosa, o bien historia novelada o bien una novela de aventuras históricas.


Si se trata de una novela de aventuras los hechos inventados predominan sobre la historia, que es un mero telón de fondo o pretexto para la acción, como sucede, por ejemplo, en la mayor parte de las novelas de Alexandre Dumas padre. Por el otro extremo también se llega a desnaturalizar el género con lo que se llama historia novelada, pues en ella los hechos históricos predominan claramente sobre los ficticios, que es lo que ocurre por ejemplo con Hernán Pérez del Pulgar, el de las Hazañas, presunta novela histórica de Francisco Martínez de la Rosa que da pábulo a disquisiciones del autor de forma que la historia se convierte en sólo un pretexto para exponer teorías o documentos, allegándose a los géneros de la biografía o el ensayo.

Evolución del género:


Tras muchos precedentes anteriores, la novela histórica sólo llega a configurarse definitivamente como género literarioen el siglo XIX a través de la veintena de novelas del erudito escocés Walter Scott (1771-1832) sobre la Edad Mediainglesa, la primera de las cuales fue Waverley (1814); en realidad, Scott, que fue un gran propagador del romanticismo alemán en Inglaterra, se inspiraba en una autora alemana poco conocida, Benedikte Naubert (1752-1819), que escribía narraciones históricas protagonizadas por personajes secundarios, no héroes. Como señala Lukacs, Scott era un noble escocés empobrecido que mitificó sus orígenes sociales como una especie de don Quijote de la Mancha, algo que no se escapaba a las consideraciones del propio Scott. La novela histórica nace, pues, como expresión artística del nacionalismo de los románticos y de su nostalgia ante los cambios brutales en las costumbres y los valores que impone la transformación burguesa del mundo en el trascendental momento del paso a la modernidad entre los siglos XVIII y XIX. El pasado se configura así como una especie de refugio o evasión, pero, por otra parte, permite leer en sí mismo una crítica a la historia del presente, por lo que es frecuente en las novelas históricas encontrar una doble lectura o interpretación no sólo de una época pasada, sino de la época actual.


La novela histórica en España e Hispano-américa:

Más allá del precursor del siglo XV Pedro de Corral, y frustrado por la muerte el deseo de Miguel de Cervantes de escribir una novela histórica sobre Bernardo del Carpio, hay que consignar las novelas pseudohistóricas de intención didáctica y moral de Pedro de Montengón (1745-1824), El Rodrigo (acerca de la pérdida de España por los visigodos) y Eudoxia; así pues, la primera novela histórica escrita en español fue la escrita por Rafael Húmara, Ramiro, conde de Lucena publicada en París en 1823, provista de un importante prólogo sobre el género.



En América la primera novela histórica publicada en castellano fue la anónima publicada en Filadelfia en 1826, Jicotencal, sobre la sujeción de Tlaxcala por Hernán Cortés para conquistar a los aztecas. Esta obra ha sido atribuida a los cubanos Félix Varela y José María de Heredia y hasta ha sido atribuida a un triunvirato de exiliados hispanoamericanos en el que Heredia habría redactado el texto original, el ecuatoriano Vicente Rocafuerte lo revisó y Varela lo entregó para su publicación, pero en la actualidad ya parece definitivamente atribuida al periodista liberal español Félix Mejía.


Existía una novela histórica un poco anterior escrita en inglés por españoles emigrados: Vargas (1822), atribuida a José María Blanco White; Don Esteban y Sandoval or the Freemason (ambas de 1826), de Valentín Llanos; o Gómez Arias or the Moors of the Alpujarras (1826) y The Castilian (1829) de Telesforo de Trueba y Cossío.






































































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